Este proyecto nació de un experimento.
Dos escritoras diferentes con temas universales por azar.
Cada una escogería un tema y escribiría sobre él, sin ponerse de acuerdo, ni comentarlo entre ellas. Ambas le darían a un dibujante los versos y frases que tenían.
El ilustrador dibujaría lo que sentía al leer los versos, sin pedirle opinión a las autoras.
El final fue sorprendente, los tres estuvieron de acuerdo con el trabajo del otro y lo sintieron como propio.
Un experimento que demuestra que los sentimientos son universales, y que a pesar de lo que nos han mal enseñado, ningún ser humano es tan distinto.
Definitivamente el lenguaje que nos une es el arte y este siempre construirá puentes en lugar de destrozarlos.
Deseando que en esta vida, querido lector, bailes en armonía una Contradanza a ciegas con los demás.
Con nuestro mayor cariño.
Ania Mendoza y Guadalupe Vera